QUÉ TAN DIFICIL ES JUGAR POLO

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El polo es un deporte que durante años se ha asociado con la realeza y la aristocracia debido a la historia inherente que posee por ser practicado en sus inicios por personas de la alta sociedad. Como toda disciplina tiene sus detractores, quienes aseguran que para jugar polo solo se debe tener el dinero necesario, usar pantalones blancos sobre un caballo y golpear una bocha.

 

Para juzgar un deporte hay que vivirlo.

Vamos a partir del hecho de que el polo es un deporte jugado sobre un caballo a una velocidad de 60 k/h, a eso debemos sumarle un total de ocho caballos atacando y defendiendo cada jugada y buscando ser quien anote gol en la portería del rival. Todos estos elementos convierten al polo en un juego altamente adictivo.

Tan adictivo es este deporte que ha llevado personas a la ruina. Así es, no podemos decir que el polo es un deporte fácil de jugar o accesible en muchos países, pero es una realidad que está cambiando en algunas regiones y eso nos motiva a seguir difundiendo la cultura del polo. Ahora, retomando la pasión de quienes viven el polo, es cierto que siempre hay un caballo que comprar, un torneo al cual asistir o una copa que ganar. Un deporte altamente adictivo solo se puede justificar con la adrenalina de quienes lo juegan y los retos que el polo es capaz de imponer en cada nueva temporada.

El polo es un deporte que requiere disciplina y el suficiente compromiso para practicar regularmente, ya que demanda una técnica apropiada y un estado físico resistente. Por otro lado, es un deporte hecho para personas con determinación y agilidad mental, muchas de las grandes jugadas en el polo resultan luego de tomar decisiones inmediatas, dentro de las cuales hay un riesgo implícito en cada maniobra.

Ser jugador de polo significa pensar anticipadamente a las posibles jugadas que tomaran tus compañeros en el campo de juego, esto requiere plena concentración y una mente fijada en el objetivo de ganar. No es tan sencillo como ir al club, montar a caballo y galopar de extremo a extremo en la cancha de polo.

No es tan simple como llevar un estilo de vida de salidas nocturnas cada fin de semana y, en semana estar en club sobre un caballo disfrutando de lo bien que se siente estar sobre uno. Puede que amemos mucho los caballos, pero jugar polo es otro nivel de compromiso.

Mentalmente debes ser de una fuerza de voluntad inquebrantable, ser consciente que durante un partido de polo corres el riesgo de sufrir diversos traumas: caídas de caballo, pisotones, aplastamiento por el animal, golpes durísimos con el mazo y, aun así, estar dispuesto a vivir la experiencia de jugar el polo voluntariamente.

Lo anterior no significa que este deporte esté pensado entonces para señores de avanzada edad o para personas que no se saben divertir, por el contrario, el polo es un deporte tan variado como el futbol o el baloncesto. Personalidades de toda clase llegan a jugar polo y en él encuentran una manera de unir pasiones como el amor por los caballos y el juego competitivo. Muestra de esto son los propietarios de los equipos, quienes se conocen como “Patrones”, muchos en realidad son grandes empresarios con un factor en común que es el amor por los caballos, altas dosis de adrenalina y un entorno competitivo. La respuesta ha sido el polo como antídoto para estas personas que buscan un escape a su vida empresarial.

Para ser un jugador profesional de polo debes tener excelentes características físicas y mentales, solo los grandes jugadores llegan a conocer y a jugar en lugares inimaginables. Muchos empiezan jugando por tradición familiar, pero también es cierto que muchos otros comienzan jugando desde abajo, limpiando establo o cuidando caballos. Ha sido la entrega total y la pasión por el polo lo que los ha llevado lejos.

Winston Churchill, quien era un ávido jugador de polo, dijo: “Un hándicap de polo es el mejor pasaporte del mundo”. Dicha frase no podía ser más acertada; el polo nos puede llevar a lugares que solo imaginábamos con visitar.

 

Escrito por: Santiago B. Posada